Es un tratamiento sin cirugía que mejora notablemente la flacidez facial. Las sesiones consisten en focalizar de forma selectiva la zona a tratar con energía ultrasónica. El foco de energía penetra de forma profunda en la piel en torno a 4,5 milímetros, creando un calor interno de entre 60 y 70 grados.
Mediante él estimulo del tejido dérmico más profundo de la piel aumentaremos la capacidad regeneratíva de los tejidos de forma natural, consiguiendo renovar el colágeno interior de toda la zona a tratar. El resultado final se apreciará por tener una piel más joven, suave y firme. En el mayor de Los casos las personas con problemas de flacidez muscular, arrugas, estrías, y envejecimiento de la piel, las más indicadas para someterse al tratamiento.